En años recientes se ha desarrollado una gran preocupación por parte del gremio dental y sus pacientes por la prevención de enfermedad infecta contagiosa.
En vista de la gran difusión que ha tenido en los medios informativos la
aparición del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
La posibilidad infecciosa a través de saliva, fluido gingival y sangre
hace que tanto el odontólogo como sus pacientes presentes o futuros, consideren
al consultorio dental como un lugar en el que potencialmente pudieran estar
expuestos a contagios.
Sin embargo no deben ser situaciones extremas como el SIDA, las que
obliguen al odontólogo a tratar de establecer un programa de control infeccioso
en su propio consultorio.
La principal razón debería ser el hecho de que está proporcionando
servicios de salud, y éstos deben ofrecerse bajo condiciones higiénicas
adecuadas.
El control infeccioso no sólo beneficia directamente a los pacientes,
sino a los acompañantes, personal auxiliar, asistentes dentales y al personal
profesional.
Indirectamente los beneficios se extienden hasta los familiares y
contactos personales de los que laboran y visitan los consultorios dentales.
ESTRATEGIAS:
· Todos los pacientes y el
personal pueden adquirir enfermedades infecciosas en el consultorio dental.
· Prevenga, no cure.
· Prevenga, no enfrente las
consecuencias.
· No desinfecte cuando pueda
esterilizar.
· No limpie cuando pueda
desinfectar.
· Desinfecte, limpie, esterilice.
· Introduzca en su práctica el
mayor volumen de material desechable.
· Introduzca el mayor volumen de
técnicas de barrera.
· Los objetivos y estrategias
permitirán definirlos procedimientos convenientes que permitan lograrlos.
PROTECCION ESPECÍFICA:
Las vacunas son la mejor opción para brindar protección específica al
profesional y su personal auxiliar.
En función de riesgos profesionales la vacuna contra la hepatitis B,
está comercialmente disponible se aplica a los 0, 1 y 6 meses debiendo
reforzarse cada 5 años.
La vacunación tuberculosa es dudosa y no existe aun vacuna contra el
HIV.
La vacuna contra el tétanos es otra opción que tal vez dependa m s del
estilo de trabajo de un profesional en particular, que de una necesidad
generalizada.
Protocolo para manejo de pacientes infectocontagiosos.
Para pacientes sospechosos que requieren atención inmediata, en quien no
ha sido posible esclarecer su condición real.
Para pacientes contagiosos con diagnóstico confirmado por historia
clínica e interconsulta médica, examen físico y/o pruebas de laboratorio.
MEDIDAS ANTES DEL TRATAMIENTO:
1. Es preferible estar inmunizado y utilizar ropa de tipo quirúrgico
desechable
a) Instrumental, material y equipo.
b) elementos para limpieza, desinfección y barrera.
4. Extreme las técnicas de barrera en:
Paciente, operadores, sala operatoria.
Incluyendo: pisos, sillón, mangueras, lámpara, unidad dental.
5. Realice el mayor número de procedimientos posibles.
Restrinja al menor número posible las citas de tratamiento.
6. Use succión quirúrgica y dique de hule
7. Mantenga gasas y toallas húmedas con desinfectante, para la limpieza
y eliminación de instrumental y materiales.
8. Evite punciones y daño tisular.
En tal caso desinfecte y/o aplíquese suero hiperinmune.
MEDIDAS DESPUES DEL
TRATAMIENTO:
1.- Coloque en una bolsa
identificable todo el material desechable.
Use un contenedor rígido para desechar instrumentos punzocortantes.
Use un contenedor rígido para desechar instrumentos punzocortantes.
2.- Entregue dicha bolsa a
algún hospital de la localidad para su incineración, previo convenio.
Esterilice el contenedor
rígido en autoclave preferentemente; posteriormente, disponga de él en la forma
acostumbrada.
3.- Sumerja instrumental en
desinfectante concentrado.
Posterior al tiempo
suficiente de desinfección: limpie y esterilice.
4.- Desinfecte rea
operatoria: piso y mobiliario.
5.- Las manos deben seguir
protegidas por guantes preferentemente nuevos para la ejecución de los actos
anteriores.
Finalmente desinfecte sus
manos (jabón en base a clorhexidina).
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